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Reconozco que en mí habita un capataz que he estado tratando de “domar” por décadas. Cuando comencé con FORJA Consultores en 1985 entendía que ser “dueño” me daba el poder de “mandar” y los demás debían obedecer.

Por la magnitud de los contratos que empezábamos a tener, empecé a emplear profesionales para su ejecución. Ellos, muy superiores a mí, me enseñaron a ser su jefe. Me hicieron ver que yo era un capataz con justificada razón. Es una forma de interactuar que ha sido aprendida y heredada de generación en generación desde siempre… pero ya estaba caduca. Hoy se necesita liderazgo para dirigir personas.

Siguieron explicándome: En los albores de la era industrial, el trabajador manual utilizaba su destreza física, sus movimientos y gran parte de su tiempo para ejecutar las tareas productivas. El obrero conocía lo mínimo indispensable para hacer su trabajo, un fragmento apenas del proceso, pues bastaba que el «Súper-Visor» tuviera la visión general de toda la cadena de producción. El capataz usaba su poder de mando y control para exigir al obrero órdenes a menudo crueles, quien para evitar perder su trabajo en una sociedad eminentemente desempleada, obedecía desde el miedo. En ese juego de control y terror subyace la humillación del trabajador. El capataz simplemente ordena al «inculto» obrero, y éste, siempre aterrorizado, obedece sin replicar porque «el jefe es el que sabe».

Es así como el jefe Capataz se acostumbró a usar el miedo y la amenaza para dirigir.

En la era del conocimiento, es decir, en la actualidad, las máquinas sustituyeron gran parte del trabajo físico y dieron paso al trabajador no manual, un profesional con una visión integral del negocio y capaz de generar productividad basada en el trabajo intelectual y el talento. Más exigente, sofisticado, ingenioso y con una mayor conciencia de su papel en la generación de valor, el trabajador no manual, también llamado de conocimiento, requiere estar «motivado» para entregar su capacidad y explotar su creatividad, pues sabe que el talento y la motivación engranadas son la clave de la productividad.

Eso eran ellos. Ciertamente eran profesionales de gran calibre que no tolerarían mis malos tratos ni amenazas. Ellos me exigían las mejores condiciones anímicas para que el talento y la creatividad emerja.

Evidentemente, el trabajador de conocimiento ha recibido una mejor educación, por cuanto posee mayor consciencia de su dignidad. Se resiste, contrariamente al trabajador manual, a recibir tratos despóticos y humillantes, y no tolera capataces que sólo saben dar órdenes y esperar ciega obediencia de su personal.

Al final me quedó muy claro que Jefe Líder dirige desde el respeto y la confianza.

El trabajador del conocimiento espera ser valorado como profesional y como persona. Espera ser liderado, no mandado; quiere ser inspirado, no encargado. El trabajador profesional espera de su jefe un liderazgo capaz de entusiasmar y motivar para obtener lo mejor de su gente, no un capataz que para dirigir sólo emplea —verbo nada inocente— las inhábiles herramientas del miedo y el control. La dirección basada en el miedo sólo genera resultados y vínculos limitados y mediocres, mientras que la supervisión fundamentada en la confianza garantiza la máxima respuesta y la posibilidad de establecer relaciones saludables y productivas.

Como verás, ellos me lideraron y por años seguimos trabajando juntos. Entendí que yo era el dueño y ellos mis líderes. Desde su modelaje y con mis estudios aprendí sobre el tema para superarme a mi mismo. Hoy día soy un reconocido formador de líderes con una estrategia y metodología que funciona. Los líderes se hacen, se forman, soy prueba de ello.

No se pueden hacer cosas extraordinarias si no cuentas con un equipo de colaboradores y aliados dispuestos a trabajar de manera entusiasta y comprometida contigo.

Imagino que también tienes algo de capataz mandón dentro de ti. Por eso te invito que revises mi propuesta de formación de Liderazgo para Gerentes visitando www.forja.com/plio.

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Si quieres seguir leyendo sobre este tema puedes ir a los siguientes enlaces:

https://www.lideryliderazgo.com/¿los-lideres-nacen-o-se-hacen/
https://www.lideryliderazgo.com/deberes-de-un-gerente/
https://www.lideryliderazgo.com/¡la-culpa-es-del-jefe/