Por Eduardo Martí
Hace unos días, tuve una conversación pública —sí, de esas que son privadas pero las decides compartir— con Elizabeth, mi esposa, mi compañera de trabajo, y mi cómplice de vida.
Fue un encuentro honesto. Sin guión. Sin máscaras. Una cita en vivo, frente a muchas personas, para hablar de lo que significa compartir el amor y el trabajo con la misma persona. Y quiero compartirte algunas de las reflexiones que surgieron ahí, porque creo que pueden servirte, estés en pareja o estés buscándote a ti mismo. La grabación esta en YouTube, al final te dejo el enlace para que veas el video.
1. El amor es una decisión, el enamoramiento es un regalo
Yo decidí amar a Elizabeth. Pero, qué sabroso es cuando, además de amarla, me siento enamorado. Ese cosquilleo inesperado, ese mirar con ilusión, ese “me derrites” que aparece en medio de la rutina.
Sí, el amor se construye. Pero ojalá nunca dejemos de sentir, de vez en cuando, el flechazo.
2. No trabajes con tu pareja… a menos que estén en la relación correcta
A muchos les llama la atención cómo hemos logrado trabajar juntos durante años. Lo que pocos saben es que esto no es para todos. Si estás pensando en emprender con tu pareja por conveniencia —porque es más barato, porque confías, porque “así estamos más tiempo juntos”—, piénsalo dos veces.
Si no hay respeto, claridad, comunicación y acuerdos definidos, no solo se quiebra el negocio. Se quiebra el amor.
3. No somos perfectos. Somos conscientes
Con Elizabeth tenemos algo claro: nadie es responsable de hacer feliz al otro. Yo soy responsable de mí. Ella, de ella. Y en ese camino de hacernos cargo, nos respetamos.
Nos mordemos la lengua muchas veces para no etiquetarnos. No decimos: “eres un desconsiderado”. Decimos: “cuando hiciste eso, me sentí así”.
No se trata de evitar el conflicto. Se trata de cómo lo atravesamos.
4. Cada quien tiene derecho a ser quien es
Elizabeth me respeta incluso cuando hago chistes que no le gustan. Y yo la respeto incluso cuando no quiero que me diga qué debo comer.
No significa que no nos molestemos. Significa que no queremos cambiarnos. Que entendimos que el otro es sagrado.
Y lo sagrado se cuida. Se respeta. No se manipula.
5. No hay paz más sabrosa que la de vivir sin mentiras
Ambos tenemos acceso a nuestros teléfonos. No porque tengamos que vigilarnos, sino porque no tenemos nada que ocultar.
Y eso no surgió de un juramento ni de un contrato. Surgió de la decisión de ser sinceros, no necesariamente francos.
No tenemos que decir todo. Pero lo que digamos, que sea cierto.
6. Hicimos acuerdos. Y los cuidamos.
Uno de ellos fue nunca dormirnos sin darnos un abrazo.
Otro, no hablar de trabajo los lunes y viernes por la tarde (aunque a veces no lo logramos).
Y el más importante: hablar lo que nos incomoda antes de que se pudra dentro.
Elizabeth no deja que los pendientes se acumulen. Y yo he aprendido —gracias a su constancia— que confrontar con amor es un acto de respeto.
7. Admiración: el cimiento del amor
Yo admiro profundamente a Elizabeth. Su coraje. Su temple. Su capacidad de soñar con los pies en la tierra.
Ella no buscaba que yo le diera trabajo. Quería crear algo con propósito.
La admiración fue lo primero. El amor vino después. Y eso lo hemos tenido que cuidar todos los días.
No hay relaciones perfectas, pero sí relaciones conscientes.
Hoy celebro que Elizabeth y yo seguimos eligiéndonos, incluso cuando no estamos de acuerdo. Seguimos respetándonos, incluso cuando nos molestamos.
Y seguimos creciendo juntos, porque antes de ser pareja y socios, somos dos personas comprometidas con nuestro propio proceso de evolución.
Si estás en pareja y también trabajas con esa persona, o si estás pensando hacerlo, te dejo esto: Primero cuiden el amor. Después, hagan negocios.
Porque si no cuidas la relación, ni el negocio ni el amor tendrán futuro.
Gracias, mi amor, por ayudarme a ser mejor hombre.
Gracias a ti, que leíste hasta aquí, por ser parte de esta conversación íntima y real.
Nos seguimos encontrando.
Aquí esté el enlace a YouTube para que veas la conversación completa. Te va a gustar.
https://www.youtube.com/watch?v=wDCZLurDwA0
Deja aquí abajo tu comentario, sabes que los respondo todos.
¡Que viva el Amor! El Amor como sentimiento a todo lo que nos rodea. Excelente información, les deseo mucha salud y muchas bendiciones a toda la familia Forja. Saludos
Siiiiii. Que viva el amor. Saludos
Excelente! Me ayuda mucho leer esto.
Me alegra. Gracias por estar aquí. Saludos
Mi querido Eduardo, tanta razón en lo que dices, Miguel y mi persona que trabajamos juntos por varios años, hemos aprendido en el camino muchas cosas. Y el respeto y la comunicación son vital.
Gracias por compartir esa intimidad que siempre nos dejan pensando que debo mejorar.
Ustedes lo han hecho bien. Los observo y los valoro. Cariños.
Excelente reflexión, Eduardo, creo que aplica también a las relaciones con amigos, sociedades con personas de la familia, me quedo con dos cosas que me marcaron profundamente y que con tu permiso las amplíe un poco más; «Si no hay respeto, claridad, comunicación y acuerdos definidos, no solo se quiebra el negocio. Se quiebra el amor, la amistad, la familia y la sociedad» y «Primero cuiden la relación. Después, hagan y cuiden negocio» y mi aporte final es «No se puede ser un buen profesional si antes no somos buenas personas»
Siempre alineados mi estimado y querido Pepo.
Gracias por compartir sus experiencias acerca del trabajo con la pareja… Me ha encantado!.
Y he encontrado muchas similitudes con mi propia vida.
He vivido esa experiencia y me consta lo difícil que es, al igual que también me consta todo lo bueno que resulta. Amerita gran ejercicio de la tolerancia, respeto por los espacios individuales, definición clara de los roles. Se basa, como lo dices, en la admiración, el respeto y por supuesto, el amor hacia el partner. Mi esposo ya no está, (se lo llevo el Coronavirus), pero hoy hago el mismo ejercicio ahora con mi única hija, aplicando los mismos principios generales. Vamos bien… Que Dios y La Patria reconozcan tus aportes formadores de lideres de hoy y mañana!
Me ha encantado Leerte Ligia. Veo tu serenidad y claridad. Despiertas mi admiración. En serio. Saludos