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Hay momentos en la vida que vienen a sacudirnos y para poder manejarlos necesitas aferrarte a tus historias de poder y de éxito para levantarte y salir adelante. Una de mis “Tarjetas de Crédito” anímica es la que te voy a contar.

Cuando estoy de baja emocionalmente, recurro a esta historia para cambiar mi emocionalidad y colocarme en el estado en el que siempre quiero estar por elección: “Éxito y Plenitud”.

Recientemente me ha tocado recordar mi experiencia con los Sobrevivientes de Los Andes. ¿Recuerdas el suceso?… para refrescártelo, te digo que en 1972 un avión que llevaba 45  jóvenes se estrelló en la Cordillera de los Andes. Después de 72 días y desesperados ante la ausencia de alimentos y agotada su resistencia física, se vieron obligados a alimentarse de sus compañeros muertos para poder seguir viviendo. Luego de 72 días, el mundo se entera que son 16 los sobrevivientes que vencieron la muerte.

Lo que aquí te entrego son las lecciones que he rescatado en mis conversaciones con los supervivientes y después de haber ascendido a los restos del avión en compañía de dos de ellos, Ramón Sabella y Eduardo Strauch.

Así como lo lees, después de conocerlos, convencí a Ramon Sabella que me llevara hasta el mismo lugar de los acontecimientos. Nos fuimos varios egresados del Programa Internacional de Liderazgo para llenarnos de esa historia de poder. http://bit.ly/htXb50.

Resumen de mis lecciones aprendidas

  1.  La transitoriedad de la vida: ¿Acaso puedes asegurar que llegarás vivo esta noche? Hoy estamos aquí, mañana tal vez no. Esta es una verdad que no reconocemos fácilmente. Todos lo sabemos pero vivimos creyendo que llegaremos a viejos. La mayoría de las veces nos desgastamos en tonterías y temores dejando de lado lo verdaderamente importante: Vivir!. Tener esta conciencia nos lleva a valorar cada instante y disfrutar del momento “CarpeDiem”.
  2. Vive la vida sin pendientes: eso quiere decir… Haz lo que tengas que hacer pero hazlo ya!. Ama profundamente, perdona a quien tengas que perdonar, agradece a quien tengas que agradecer, reclama a quien tengas que reclamar, pero no acumules para después, ya que el después puede no existir! Los «hubiera» o los «debería» no son útiles.
  3. «Allá, en la montaña, sólo contábamos con la desnudez de nuestra existencia», es decir, solemos llenar nuestra vida de artificios y adornos que nos impiden vernos a nosotros mismos… bien adentro!. Vivimos llenos de apariencias y preocupados por TENER. En la cordillera lo perdieron todo. Sólo les quedó su esencia. No esperemos a vivir la adversidad para saber quienes somos y que valoramos realmente. El tener no te da poder… te da poder el SER!..
  4. Todos vivimos nuestra Cordillera: cada uno de nosotros vive o ha vivido situaciones adversas, difíciles, pero todos tenemos infinitos recursos para salir de ellas. Ellos sobrevivieron porque sacaron las fuerzas internas. Somos mucho más capaces de lo que creemos o sospechamos que somos. Las adversidades sirven para recordarnos de qué estamos hechos.
  5. Ante la misma situación, cada quien elige como responder: tienes la libertad de escoger tu actitud. En la Cordillera unos se entregaron, otros lucharon. Unos reían, otros lloraban. Unos eran optimistas, otros, derrotistas. Unos vivieron, otros murieron. ¿Cómo decidimos hoy actuar ante nuestras situaciones? allí está nuestro poder de elección.
  6. «La esperanza nos mantenía con vida»: Me cuenta Ramón que era sorprendente como había gente que decretaba su muerte. Bastaba que se cansaran y perdieran la esperanza para que a los días ya estuvieran muertos.
  7. El propósito de vida alimenta la esperanza: Ramón y sus compañeros soñaban constantemente con la sorpresa qué le darían a sus familiares a su regreso, cuando éstos ya los daban por muertos. Esa alegría, ese propósito, los mantenía con vida.
  8. El reto hace al equipo: Individualmente no era posible sobrevivir. Reconocer la necesidad del otro era indispensable para enfrentar el reto de vivir. La vulnerabilidad y el sentido de urgencia les permitió hacerse equipo.
  9. Todos fueron Líderes: el liderazgo fue compartido. Cada quien tuvo sus momentos dependiendo de sus capacidades. No había ni un “capitán” ni un jefe, según las circunstancias y los momentos, el liderazgo rotaba. No había lucha de egos y una disposición constante a colaborar y practicar el «seguirazgo». Cada quien sabía lo que tenía que hacer.
  10. Tragedia y Milagro: Una Referencia. “Invitamos a todos los que creen en la vida, de todas las religiones, a pensar que un Ser Superior guía nuestros caminos, aunque a veces sea tan difícil comprenderlo” Sobrevivientes de los Andes. Marzo 2006

 Mi comentario final: Ellos, así como muchos sucesos, nos muestran que por más difícil que sean las situaciones, ellas vienen a entrenarnos y enseñarnos algo. La vida es hermosa y está llena de tragedia para quien no sabe vivir en ellas. La vida es una amargura para quien espera estar ajeno a los problemas. Estas historias que hablan de la “grandiosidad” del ser humano, son una buena referencia de lo que somos capaces.

Mi vida está llena de Cordilleras, pero cuando recuerdo la de Los Andes, las mías son simples granos de arena.

Déjame tu comentario. Sabes que los contesto todos.