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En el marco de la cercanía a la nueva edición del Programa Internacional de Liderazgo Gerencial en su nivel avanzado (PIL 2) que se realizó hace poco, surgió la inquietud de pedirte que compartieras conmigo y con los seguidores de este blog, a través del artículo anterior, titulado: “Quiero pedirte un favor”, lo que consideras tu propósito de vida, tu legado y cómo quieres ser recordado, a fin de obtener insumos para el desarrollo de uno de los temas contemplados en el contenido del programa: Propósito de Vida y Propósito de Líder.

Como parte del compromiso personal que he adquirido, de siempre darle respuesta a mis lectores y agradecerles que hayan atendido con prontitud a este llamado, considero en esta oportunidad en particular que en lugar de comentarles en cada PROPÓSITO DE VIDA expuesto por ustedes (dado que cada uno es absolutamente personal), que sería de mayor aporte compartir, a través de este artículo, lo que surgió al desarrollar este tema en el PIL 2.

Apoyados en el análisis realizado en una muestra tomada de lo que ustedes aportaron, pudimos determinar algunas características que resultan importantes tener en cuenta al redactar nuestro propósito de vida.

Mi intención es brindarte algunas pautas que te permitan A TI mismo, darle estructura, enfoque y precisión, afinarlo con mayor especificidad, de forma tal que al leerlo, no dé cabida a más interpretación que la que se pueda leer claramente.

Siempre me ha gustado comentar que el Propósito de Vida es el mayor antidepresivo que hay. Sin duda, quien sabe “para qué” está en este planeta encontrará un motivo para levantarse todas las mañanas.

Un Propósito de Vida es muy personal e individual, sin embargo, éste debe invitar a la acción, es decir, debe fundamentarse en un “verbo”. Producto de un estudio realizado a la trayectoria de personalidades de la historia que han impactado con su vida a la Humanidad, se pudo determinar que los cinco grandes verbos que los definía eran: Crear, Amar, Servir, Educar y Gozar. Así podemos decir que “Cantinflas” vino a esta vida a gozar y hacer gozar; la Madre Teresa de Calcuta vino a Amar; Picasso indudablemente vino a Crear. De la misma forma, cada uno de nosotros, puede tener un verbo con el cual se encuentra alineado su propósito de vida y la invitación que quiero hacerte es que lo descubras.

Ahora bien, para que ese Propósito de Vida cumpla con la misión motivadora, es bien importante que la misma incluya algún nivel de especificidad operativa. Me explico: Si mi propósito en esta vida es ser feliz, yo te pediría que lo desglosaras un poco más. ¿Qué significa ser feliz? Yo diría, por ejemplo: Sentir el Orgullo de llevar la Vida que Llevo.

Lo importante es que hable de ti y que al leerla te diga que vale la pena vivir la vida para ello. Hay gente que respondió que su propósito es “educar a sus hijas”. Eso puede ser muy admirable, pero el Propósito de mi Vida debería ir mas allá. ¿Qué será de mi vida cuando ya ellos tomen su camino?

En lo particular, me gusta la idea de estar en esta vida para superar mis precariedades y llevar mi vida a niveles cada vez mas elevados de Calidad, de Amor, de Paz, de Serenidad, de Disfrute, de Servicio.

Ahora bien, en el marco del Programa Internacional de Liderazgo Gerencial, estuvimos estableciendo las características de un Propósito de Líder. Aunque éste va estrechamente ligado al Propósito de Vida, el Líder tiene un componente de más allá. Como es sabido ya por todos, una persona que vive desde su Liderazgo y Poder Personal, es alguien que logra inspirar a los demás a descubrir también su propio poder personal, y desde esta óptica, un propósito de vida se transformará en Propósito de Líder cuando al leerlo, éste logre entusiasmar a otros y que la acción a la que invite dicho propósito, se traduzca en un aporte trascendente a la posibilidad de reconstruir un futuro mejor para todos.

Para una mejor comprensión te lo esquematizo:

— Implica acción (verbo).

— Involucra a otros. Tu propósito ayuda a otros a encontrar su propósito.

— Entusiasma a ser vivida. Tiene un componente emocional que anima.

— Invita a dejar el mundo mejor que como lo encontramos.

Así pues, a partir de estos nuevos insumos, te invito a que te retes tú mismo y te propongas a reestructurar tu propósito. Encuentra tu verbo, ese que te identifique; descubre y utiliza tu capacidad para entusiasmar a otros y asume el rol protagónico que tienes en la posibilidad de impactar nuestro mundo desde tu máximo poder personal.

De nuevo te quiero agradecer tu aporte y por haberme estado acompañando en este recorrido.

Recuerda, sea cual sea, déjame tu comentario. Me interesa mucho.