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Siempre me llama la atención cuando escucho a alguien refiriéndose a sí mismo como sobreviviente. Es la respuesta más frecuente ante la pregunta ¿Como estás? Muchos dicen: “aquí, en la lucha, sobreviviendo”. Palabras más, palabras menos, pero por allí van las cosas.

Y es que la realidad que nos toca vivir es muy dura. Las crisis son más complejas, intensas y cercanas en el tiempo. Cada vez más nos enfrentamos a experiencias de vida desconocidas y a las cuales logramos “SobreVivir”, es decir, salimos vivos pero con la permanente sensación de derrotados.

La cosa se complica cuando las crisis que nos rodean arrasan con nuestra estabilidad, nuestros ingresos, con los ahorros y pasamos de ser sobrevivientes a Vivir de Sobras.

Y no podemos negar que hay una realidad que nos arropa y nos debilita a diario… y lo peor, nada indica que las cosas vayan a mejorar.

Y entonces, ¿qué hacer?

No quiero parecer iluso pero quiero compartirte algunos tips que han sido útiles para mi y que me ayudan a modificar mi sensación de sobreviviente y pasar a la de “VivirSobrado”. Como verás, no es sino un juego de palabras que implica invertir el orden “SobreVivir” o “VivirSobre” o Sobrado.

Insisto, no voy a negar que las crisis existen y nos golpean duro, pero una cosa es la crisis y otra es cómo yo la manejo. Aquí van mis pequeños tips:

– Vivimos creyendo que puede haber vida sin crisis y eso es imposible. Desde que tengo uso de razón todo es una crisis. Si esto es así, parece que estoy condenado a ser un sobreviviente. Primer tip: Acepta que las crisis forman parte de la vida y deja de esperar tener una vida llena de paz, tranquilidad y estabilidad.

– Una vez le escuché decir a mi amigo Víctor Guedez que las crisis no son sino nuevas realidades ante las cuales no estamos preparados. A mi eso me ha sido muy útil. Antes de juzgar algo como crisis prefiero mirarme a mí y decir ¿Qué tengo que aprender para moverme con comodidad ante esta nueva realidad?.  Cuando soy víctima de las crisis pierdo mi poder interno y pongo la culpa en lo externo.

– Desde el Pensamiento Ganador que intento a diario instalar en mí, decido ser un cazador de las oportunidades que encierran las crisis. Sabemos que detrás de cada adversidad hay una bendición escondida y que no hay mal que por bien no venga. Yo que creo firmemente en eso. Me dispongo a buscar qué de bueno hay guardado para mí y dejo de quejarme en “¿por qué me estará pasando esto a mi?”.

El marinero experto no se forma en el mar calmo, al contrario, es en las tormentas y en el mar revuelto que se desarrollan las destrezas expertas. Lo mismo sucede con las crisis. Ellas nos ponen a prueba. No estoy diciendo que salgas a buscarlas para saber de qué estás hecho; sólo digo que cuando ellas aparezcan entiendas que de allí saldrás fortalecido.

– Lo mejor que podemos hacer es aceptar las crisis que no puedes cambiar. Lo mejor que puedes hacer ante las crisis que se basan en hechos reales, es aceptarlas. No tiene sentido quejarse ni resistirse. Acepta la nueva realidad y busca el provecho. Alerta con las crisis que no son reales y revisa si son construcciones o exageraciones tuyas.

– Activa tu pensamiento de positividad y optimismo y siéntete merecedor de buenas oportunidades. Cuidado con usar la actitud positiva como una forma de negar la realidad y esperar sentado a que las cosas buenas lleguen solitas.

– Estudia, fórmate, aprende, entrénate, lee, escucha audiolibros, asiste a conferencias y constantemente desafíate a hacer cosas nuevas. Lo que aprendiste en el pasado no necesariamente será útil mañana. Alguien dijo que es mejor estar preparado para una oportunidad que nunca se presente, a que se presente esa oportunidad y no te encuentre preparado.

– Cuidado con la gente que te rodea. Elige bien con quien conversar. Hay gente chupa-sangre que no sabe sino atraer más desgracia a su vida y te roban la buena energía que todavía hay en tí. Este tipo de gente pesimista es inevitable pero también hay que saberlas llevar.

– Activa tu entusiasmo. Ten siempre presente tu propósito de vida y tu visión de futuro. Tú tienes algo importante que aportar a la humanidad. Contacta tus talentos y capacidades y acércate lo más que puedas a lo que te apasiona. Observa a la gente entusiasta y copia algunos de sus comportamientos.

– Y finalmente, por ahora, observa constantemente tus pensamientos y tu estado de ánimo. Pregúntate si ese pensamiento suma o resta. Limita o expande. Y si ves que no sirve, cámbialo. Nuestro cerebro es bien bruto, se cree todo lo que tú le dices. Prográmalo para que piense como tú quieres y te genere el estado de ánimo que tú deseas.

No tengo dudas que tú dirás que es muy fácil decir todo lo que he escrito, lo difícil es vivirlo y hacerlo. Y tienes razón. Me ha tomado muchos años llegar a la claridad de estos mensajes y día a día trato de usarlos. Requiere mucho entrenamiento y conciencia constante. Hasta trabajo terapéutico y mucho coaching personal he recibido desde mi decisión de avanzar por estos caminos. Lo que si puedo afirmar es que sí es posible. Sí funciona.

Ahora te toca a ti. Cuéntame ¿Eres un sobreviviente? ¿Vives de sobras?  ¿La vida te trata muy duro?  ¿Qué haces para animarte a diario? ¿Qué piensas de los tips que he compartido en este escrito?  Déjame tus comentarios. Recuerda que de ellos me nutro.