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Tengo que reconocer que todo lo que me suena a dogma, certeza, pensamiento único… todo aquello que no se puede debatir, lo que no se puede cuestionar, lo que hay que soportar y otros intentan imponer… me incita a rebelarme.  Por más que yo esté de acuerdo con el planteamiento, me incomoda que se presente como una verdad indiscutible, con una postura radical y mucho más cuando viene acompañado de un velo de fanatismo.

(ja,ja,ja… me veo siendo intolerante con los intolerantes)

Por lo general, estoy consciente de que tengo que tratar de entender las posturas diferentes a las mías, intento respetar los derechos individuales y de pensamiento. Reconozco que a veces también me veo tratando de imponer los míos… y eso no debe ser, no me lo quiero permitir. Cuando me veo haciéndolo, me cuestiono a mi mismo.

Estoy casi seguro de que esa rebeldía viene de reconocer todas las veces que en mi pasado fui injusto con mucha gente al tratar de “someterlos” a mis criterios y “buen juicio”. Quienes han trabajado conmigo desde hace años,  pueden dar testimonio de lo “rígido” e “inflexible” que yo era… y a veces, si me descuido, sigo siéndolo. Esa rebeldía que siento, lo que hace es mostrarme a mi mismo que ese no es el camino.

Antes me costaba aceptar que el otro podía tener una verdad mejor que la mía. Casi que lo tomaba a título y ofensa personal, peor aún si quedaba en evidencia pública. Claro, menos mal que soy inteligente y que he estado rodeado de gente muy talentosa que insistió en mostrarme todo lo que me perdía por quedarme parado en mis posturas “masculinas” y “machas” de hombre que no da su brazo a torcer.

No podía tener éxito profesional, ni tener una empresa próspera con gente muy talentosa, si sólo se hacía lo que yo decía. Con el tiempo lo fui comprendiendo. Recuerdo que en muchas ocasiones tenía en cuenta que era importante pedirle la opinión a mi gente para ampliar la mía y me encontraba sólo cumpliendo con la formalidad, porque en el fondo yo ya sabía lo que iba a hacer.

Insisto, menos mal que soy inteligente y reflexivo. Podía verme haciéndome trampa a mi mismo. En mi formación como coach ontológico pude verlo más claro cuando se describe el “enfoque único” y “enfoque múltiple”.

El enfoque único era el que más me definía. Se parecía mucho a mi. Desde allí se usa la verdad como criterio de poder, de tratar de dominar, de imponer. Este enfoque pide sumisión del otro y puede llegar incluso, a pretender eliminar o sacarlo del juego.

En cambio, desde el enfoque múltiple se abren posibilidades a partir de lo que el otro dice. De la diversidad. Se reconoce la legitimidad de cada visión y se respetan las diferencias. Es entender que todo tiene sentido y que no es necesariamente mi posición, ni la tuya,  la que debe imponerse como una lucha donde uno gana y otro pierde. Es saber que del debate puede emerger y surgir una nueva idea mejor que nos integre. Si no es así, al menos lo intentamos y cada quien queda en Paz con su visión.

Todo este lío se viene a resolver dentro de mí con mucha más claridad cuando escuché que “cuando dos personas siempre están de acuerdo, una de las dos sobra”. Entendí el valor de la polémica, de la discusión, del debate, de la duda. “Maldita certeza, bendito tal vez” dijo una amiga cercana. Y claro, ya nunca nada puede ser igual.

Ahora sé que cuando me junto a gente diferente a mi, es que puedo aprender. Sino, es más de lo mismo. Yo nunca he aprendido algo de alguien que siempre haya estado de acuerdo conmigo. Por eso, que viva la Polémica, la Diferencia y la Diversidad. De allí que me cueste aceptar y me revele ante los dogmas y fanatismos que cierran posibilidades.

Justo antes de la famosa Batalla de Ayacucho, Simón Bolívar le dijo al Mariscal Sucre que “cuando todo lo tenga seguro, lo más seguro es dudar”.

Agradezco muchísimo la elegante manera en que se expusieron las diferentes ideas a partir de mi escrito sobre la vida después de la muerte. Ver tantas visiones nos demuestra que hay mucho por conocer. Que el primer paso para aprender es declararnos ignorantes activos, dudar de las posiciones en las que nos encasillamos, atrevernos a escuchar al otro.

Los blog´s por definición, y este en particular, sirven para comunicar reflexiones e intimidades. Obviamente uno se expone al elogio y a la crítica. Y es lo rico del compartir. Incluso, desatar las pasiones. Eso me encanta.

Cuéntame tú ahora. Yo sé que he sido un Rígido en el pasado que quiere ahora ser más Flexible. ¿Cómo eres tú? ¿Qué es más importante, tener una posición firme o no tener ninguna?  ¿Te gusta tener la razón?  ¿Te parece que dudar es una debilidad?  ¿Eres de los que grita para callar al otro?  ¿Eres intransigente? o por el contrario, ante una persona que se impone con fuerza ¿adoptas una postura sumisa o silenciosa?  ¿Qué tiene esto que ver con Liderazgo? Anda… déjame tu comentario. Me hace falta.