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Desde que conocí a Ramón Sabella la idea de la transitoriedad de la vida me invade a cada momento. Te pregunto: ¿Estás seguro que estarás vivo al final del día?  ¿Puedes afirmar que tendrás de nuevo el privilegio de ver a tus hijos, pareja, padres, hermanos… mañana?. Nadie, pero nadie, puede asegurar que estará vivo dentro de una hora. La vida es efímera. La vida es transitoria.

Hace ya casi cuatro años que conocí a Ramón, y él, con su testimonio de vida, cambió la mía. Ramón es uno de los 16 Sobrevivientes de la Tragedia de Los Andes del año 1972. Era uno de los que iban en el avión que se estrelló en la Cordillera y que después de 73 días logró ser rescatado con vida. Esta historia es muy recordada porque eran jugadores de un equipo de rugby que para sobrevivir tuvieron que consumir los cuerpos de sus compañeros muertos. Si quieres saber más de este Milagro visita Superando Cordilleras

Una de las cosas que más comenta Ramón es ésa: La transitoriedad de la Vida. Ellos iban a Chile y de un momento a otro, muchos murieron y otros “presos” en la montaña sin la certeza de sobrevivir.

Y la verdad es que hoy estamos aquí y mañana tal vez no. Esta es una verdad que no reconocemos fácilmente. Todos lo sabemos y sin embargo vivimos creyendo que llegaremos a viejos. Por lo tanto, muchas veces nos damos el permiso de desaprovechar los días, malgastar el tiempo, descuidar relaciones, complicarnos con tonterías, nos llenamos de temores y preocupaciones y terminamos dejando de lado lo verdaderamente importante: ¡Vivir!… y Vivir HOY.

No me voy a meter con eso de que el pasado no importa porque ya es pasado, ni tenemos que encargarnos del futuro porque aun no ha llegado. Para mí esa es una gran equivocación que desarrollaré en otra oportunidad. Sólo diré que en mí vive HOY mi pasado y mi futuro.

A lo que me quiero referir en este momento es que disfrutes el rato que estás viviendo. Te tomes el tiempo de reflexionar sobre lo que de verdad es valioso para ti. No importa si eres gerente o vendedor ambulante, si eres ama de casa o ingeniero. ¿Qué es lo verdaderamente importante para ti?  ¿Cómo estás con eso que es valioso? ¿Estás al día? ¿Tienes pendientes?

Hace unos días fui asaltado a punta de pistola. Me encontraba con mi hermana Gloria, y unos jóvenes que andaban en una moto nos apuntaron con una 9 mm para robarnos. Ese fue un momento de la verdad conmigo mismo. Ese fue un momento que me recordó a Ramón. Ese, como muchos incidentes a diario que me tocan o que veo que le tocan a otros, me recuerdan que puedo y debo ocuparme de Vivir mi Vida sin pendientes.

Y cuando pienso en eso, quiero decir… ¡Haz lo que tengas que hacer pero hazlo ya!.  Ama profundamente. Perdona a quien tengas que perdonar, agradece a quien tengas que agradecer, reclama a quien tengas que reclamar, pero no acumules para después, pues el después puede no existir!  Los «hubiera» o los «debería» no son útiles.

Y, cuando combino esta reflexión con mi máxima de la efectividad gerencial que uso múltiples veces al día: ¿Cuál es el mejor uso de mi tiempo ahora?, me suelo dar cuenta que hay mucha gente a la que no le he dicho “Gracias” o “Te quiero”.

Sé que si supiera que voy a morir hoy me iría con la sensación sabrosa de haber vivido la vida que me tocó y que elegí vivir, con todo y sus adversidades. Pero se me queda en la garganta la sensación de no haber sido lo suficientemente espléndido con la gente que quiero y, lo que es peor, muchos ni lo saben.

Y mientras escribo esto me recuerdo de una vieja cita de Mark Twain que dice: “Soy un anciano que ha pasado por muchos problemas, la mayoría de los cuales nunca llegaron a suceder”.

Así que hoy se lo dedicaré a hacer un justo balance de mis preocupaciones y problemas, a no exagerarlos ni tampoco disminuirlos. También quiero renovar conmigo mismo el compromiso de celebrar cada momento y cada relación. Deseo profundamente recuperar mi capacidad de asombro y provocar que sean muchos los momentos que me roben el aliento.

Hoy estoy vivo, y te doy gracias por estar leyéndome.

Déjame tu comentario y comparte tu sentir. ¿Estás al día con tus afectos? ¿Necesitas perdonar a alguien? ¿A quién le puedes decir “Te Quiero”? ¿Estás en deuda con algo o con alguien? ¿A quién no le has dicho GRACIAS?